24.2.08

Un mar de males en el mar


Cortesía Joe Pawlik
Tomado de: El colombiano, edición impresa.
Por: Ramiro Velasquez Gomez.

Los arrecifes coralinos, que integran menos del 1 por ciento de las áreas marinas son uno de los ecosistemas más afectados en los mares. Dada la cantidad de vida que depende de ellos (la mitad de las especies conocidas de peces, para citar un ejemplo) su destrucción y disminución tiene gran impacto en las regiones donde se encuentran. Son muy frágiles por lo que se considera que el cambio climático los está afectando y lo hará más en el futuro.

Decir que el 70 por ciento de la Tierra está cubierta de agua y que el 97 por ciento del líquido está en los océanos quizás no sea mayor cosa.

Pero que el 40 por ciento de esa superficie salada esté afectada por la actividad humana, es más dramático.

Así lo reveló un estudio de la Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos, el Centro de Análisis y Síntesis Ecológico y la Universidad de California en Santa Bárbara.

Mediante la conjunción de 17 mapas que involucran 17 actividades humanas distintas, desde la pesca, hasta la polución y el cambio climático, 19 científicos analizaron los datos para concluir que el impacto es serio.

La investigación incluyó los arrecifes coralinos, las extensiones de pastos marinos, las placas continentales y las profundidades del océano.

"Esta investigación es una necesaria síntesis crítica del impacto de la actividad humana en los ecosistemas oceánicos", dijo David Garrison, director del Programa de Oceanografía Biológica de aquella Fundación.

La influencia humana sobre el océano varía a través de los ecosistemas. Las áreas más afectadas son los corales, las áreas de pastos marinos, los manglares, los montes marinos y las barreras rocosas.

En el estudio, los científicos desarrollaron técnicas para cuantificar y comparar cómo las actividades del hombre afectan cada ecosistema marino.

Por ejemplo, se sabe que la escorrentía de fertilizantes afecta los corales.

Luego reunieron y procesaron datos globales sobre la distribución de los ecosistemas y las influencias humanas. Entonces combinaron la información de esas dos etapas para determinar los valores del impacto.

Por último emplearon estimaciones globales de tales ecosistemas de estudios previos, con lo que afinaron esos valores.

Pese al esfuerzo, los científicos reconocieron que sus mapas son aún incompletos, pues varias actividades humanas se han estudiado poco y carecen de datos suficientes.

Ben Halpern, experto del Centro de Análisis, indicó que los humanos siempre utilizarán los océanos para recreación, extracción de recursos y la actividad comercial, como el transporte marítimo.
Lo que se necesita es hacer todo eso de manera sostenible.

El estudio reportó que las aguas más afectadas incluyen grandes áreas del Mar del Norte, los mares del Sur y el Este de China, el Caribe, la costa este de Norteamérica, el Mediterráneo, el Mar Rojo, el Golfo Pérsico, el mar de Bering y varias regiones en el Pacífico occidental.

Las menos alteradas se encuentran en las zonas polares. El problema es que a medida que las capas de hielo se reducen, el hombre se adentra más y más en esas regiones, con la consiguiente amenaza.

La Tierra tiene hoy 6.450 millones de habitantes. Más de 3.200 viven en las costas o muy cerca del litoral.
Algo hay que hacer.



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